viernes, 30 de julio de 2010

Mαs sσвяє Mαυяιтs Cσяиєℓιυs Σscнєя




Auténticamente original y sorprendente, así Maurits Cornelius Escher, poco conocido en general pero muy popular entre los matemáticos por su prodigioso tratamiento de la geometría y de la perspectiva. Su especialidad es engañar nuestros sentidos. Cuando contemples sus obras vas a dudar de lo que es adelante-atrás, arriba-abajo, cóncavo-convexo, o izquierda-derecha, te va a parecer que contemplas un imposible, que tus ojos no ven bien o que debes volver a ver Barrio Sésamo. Su genialidad reside en confundir totalmente al observador mediante la presentación de situaciones estrañas pero tratadas con aparente normalidad. Según él, sus obras consisten básicamente en la "división regular del plano" y en la convivencia simultánea, aparentemente imposible pero real, de conceptos antagónicos como dentro-fuera, cóncavo-convexo, arriba-abajo, etc.

Con Escher la lógica que creemos dominar queda hecha pedazos. Cuando miramos sus cuadros volvemos a ser niños aprendiendo lo más primario, pues nos obliga a realizar un esfuerzo adicional para comprender los engaños visuales, las perspectivas imposibles y los planos cambiados. Vemos escneas que nos dejan estupefactos.

Nació en Holanda en 1898 y en 1922 vino a España, visitó primeramente Tarragona y después Granada, donde quedó fascinado por los alicatados geométricos de La Alhambra. Le sirvieron de inspìración, si bien los motivos musulmanes eran solamente geométricos (el Coran prohibe representar animales y personas) y los de Escher van a reflejar tanto motivos geométricos como figurativos. Crea entramados con diferentes figuras que confunden y maravillan al espectador.

En realidad, Escher no se dirige con sus obras a la parte racional y lógico de nuestro cerebro, sino al mundo onírico de subconsciente. La imaginación vence la razón, su mundo mágico es, pese a todo, perfectamente real y creíble.





Manos Pintoras

El juego de dos-tres dimendiones es el protagonista de esta obra. Desde un dibujo plano, surgen unas manos que van tomando volúmen y convirtiéndose en reales. Una mano pinta a la otra creando un mundo aidlado y engmático. Lo plano y lo corpóreo se mezclan progresivamente y nos hace sentir que la realidad surge de la nada.

Para aumentar el contraste entre lo plano y lo tridimensional, el papel del que surge está fijado a la surpeficie mediante chinchetas. Por tanto, las manos son una aparición, han surgido de la nada y pintan, todo ellos desde un simple papel.






1 comentario:

  1. Hola!! qué gusto tengo de ver tus publicaciones!! Está impresionante el arte de ESCHER. Me parece que te gustó cuando lo charlamos en clase, ya veo que has conseguido nuevas obras. Continúa así, es un gran aporte para los compañeros y para mí. Te dejo un gran saludo y pronto estaremos en clase mirando juntos tu blog tan atractivo e interesante. Moreana. Tu profe de VISUAL -2010- Santa Lucía, Canelones, Uruguay.

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